Amplia variedad de medidas en muchas partes del mundo
La «Agenda de Acción 2020», publicada en el marco de la campaña global de presión #SafeKidsLives, también está basada en el plan estratégico de la OMS y cuenta con cinco reivindicaciones centrales:
- Un trayecto seguro a la escuela para todos los niños, incluyendo carreteras seguras y gestión de la velocidad alrededor de todas las escuelas. Transporte seguro a la escuela, incluyendo cinturones de seguridad en todos los autobuses escolares.
- Vehículos seguros para niños y medidas para fomentar el uso de sistemas de retención infantiles.
- Cascos para todos los niños que viajan como pasajeros en motocicletas.
- Aplicación de medidas contra el alcohol al volante.
La realidad nos muestra que, en los últimos años, se ha producido un desarrollo positivo en muchos aspectos, aunque en distintos grados, en todo el mundo. Por ejemplo, según la Comisión Europea, el número de niños menores de 15 años fallecidos en accidentes de tráfico en la Unión Europea disminuyó entre 2005 y 2017 un 55 %: de 1.325 a 593. En cambio, en Estados Unidos, según los datos de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras, el descenso registrado entre 2005 y 2016 fue de solo un 37 %: de 1.955 a 1.233 fallecidos. En África, según indican las cifras del IHME, la disminución entre los años 2005 y 2017 fue únicamente de un 12 %: de 54.171 a 47.520 fallecidos.
Por tanto, aún queda mucho por hacer. Afortunadamente, ya se están tomando medidas en muchos países: en numerosas iniciativas nacionales y programas de seguridad vial, los niños desempeñan un papel importante, especialmente, en países con niveles de renta bajos y medios. Por ejemplo, en el I Foro Africano de Seguridad Vial, celebrado en noviembre de 2018 en Marrakech, ministros de transportes de toda África se unieron a la embajadora mundial de la Child Health Initiative, Zoleka Mandela, y a sus colaboradores, que presentaron un nuevo informe con el título «Un grand pas en avant».
El informe, elaborado conjuntamente por la Fundación FIA y las organizaciones Amend y Humanity & Inclusion, se dirige especialmente a los países francófonos de África e insta a que se aumente la seguridad de los niños que se desplazan a pie en países como Burkina Faso, la República Democrática del Congo y Senegal mediante medidas eficaces en los ámbitos de las infraestructuras y la gestión de la velocidad, entre otros. El telón de fondo: en el África subsahariana, los niños fallecen en accidentes de tráfico con el doble de frecuencia que en ningún otro lugar del mundo. Este informe enlaza con la publicación «Step Change» de 2016, en la que se recogen soluciones para la seguridad vial desarrolladas en países como Tanzania, Zambia y Ghana.
En el Foro de Marrakech también se presentó el Observatorio Africano de Seguridad Vial, desarrollado conjuntamente por la Fundación FIA, la OMS y un consorcio formado por la FIA, el Foro Internacional del Transporte y el Banco Mundial. La base de datos internacional de accidentes de tráfico (IRTAD, por sus siglas en inglés) también ha desempeñado un papel consultivo importante. Siguiendo su modelo, el Observatorio Africano de Seguridad Vial, con ayuda de los gobiernos nacionales de África, recopilará datos sobre accidentes de tráfico y otros indicadores para poder compararlos.
En el resto de continentes también se han puesto en marcha numerosas iniciativas en los últimos años. Un ejemplo sería el proyecto piloto «Visión cero para la juventud » en Ciudad de México, la primera ciudad latinoamericana que, gracias a esta esta iniciativa, ha centrado su objetivo de reducir el número de fallecidos en accidentes de tráfico en los niños y los adolescentes. Este proyecto piloto, con el apoyo del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés y la aseguradora AXA, se centra sobre todo en el trayecto a la escuela. En colaboración con docentes y alumnos, se identificaron los cruces más peligrosos en las cercanías de las escuelas y se establecieron diferentes medidas para reducir la congestión en las vías, como aceras más anchas, pasos peatonales más cortos, límites de velocidad y bolardos.
Otra de las numerosas historias de éxito procede de Vietnam: allí, en diciembre de 2007, entró en vigor una ley que obliga a todos los motociclistas y sus pasajeros a usar el casco. Acompañada por efectivas campañas realizadas por la Fundación AIP y otros colaboradores, los resultados fueron visibles de inmediato: la cuota de personas con casco en las vías urbanas aumentó de solo el 6 % a un 90 %. En el primer año ya se redujeron en una cuarta parte las lesiones por accidentes de tráfico, mientras que el número de víctimas mortales disminuyó en un 12 %. Se calcula que, en los diez años posteriores a la entrada en vigor de la ley, se evitaron 500.000 lesiones en la cabeza y 15.000 muertes gracias un mayor uso del casco. Al mismo tiempo, se estima que el gran aumento del uso del casco ha permitido ahorrar en diez años 3.500 millones de dólares, entre otros, en costes médicos y costes por pérdidas de producción o por incapacidades laborales permanentes o temporales. Debido a este desarrollo positivo, y teniendo en cuenta que en Vietnam muchos niños se desplazan a la escuela como pasajeros de una motocicleta, al comienzo del año escolar 2018/2019, el Gobierno vietnamita distribuyó cascos gratuitos en todo el país a casi 1,8 millones de alumnos del primer curso de educación primaria.
Podríamos seguir señalando innumerables ejemplos positivos en todo el mundo. No obstante, las estrategias y medidas ya mencionadas ilustran a la perfección que la concienciación de los niños sobre la importancia de la seguridad vial ha aumentado de forma significativa y que cada vez se toman más medidas para contribuir a una optimización sostenible. Con el presente informe DEKRA (que, por cierto, ya va por su duodécima edición), también queremos contribuir a esta causa centrándonos este año en los niños menores de 15 años. Una de las razones por las que este grupo de edad corre tanto riesgo en el tráfico rodado es que apenas cuenta con experiencias en las que basarse. A esto se suele añadir la falta de atención, facilidad para distraerse y una escasa capacidad para concentrarse. Es una combinación que, en muchos casos, resulta mortal. Además, los niños pequeños no saben estimar las velocidades. En los siguientes capítulos detallaremos en qué ámbitos es necesario ponerse al día y cómo podemos enfrentarnos al elevado riesgo de accidentes para que todos salgamos ganado: peatones, ciclistas, pasajeros de turismos, niños en asientos infantiles o remolques de bicicletas, pasajeros de motocicletas y usuarios de vehículos de movilidad personal.