Especial atención a los usuarios desprotegidos de la vía pública
Reaccionar con agilidad, reducir la velocidad allí donde sea necesario, respetar la distancia y estar atentos a cualquier situación peligrosa que pueda producirse: si siguen estas normas de comportamiento, los conductores de vehículos estarán preparados para hacer frente a las condiciones de las calzadas en otoño. Al fin y al cabo, esta época del año ya presenta suficientes peligros por sí misma.
Puesto que suele ser frecuente que la lluvia, la niebla o la oscuridad dificulten la visión a los conductores, es importante mantener el parabrisas libre de cualquier capa de suciedad acumulada. «De lo contrario, hay riesgo de que se produzca un efecto de deslumbramiento cuando el sol está bajo o cuando ha oscurecido», advierte Stefanie Ritter, investigadora en materia de accidentes de DEKRA. Para «ver y ser vistos» también es imprescindible contar con un sistema de iluminación que funcione perfectamente.
Tampoco podemos olvidarnos de que la niebla, los temporales, las fuertes lluvias o, a veces, incluso la nieve y el hielo pueden hacer que los tiempos de desplazamiento se prolonguen. Por tanto, salga siempre con la suficiente antelación cuando las condiciones meteorológicas son adversas. Llevar una manta, alguna bebida caliente y algo para picar puede serle de gran ayuda si, debido al viento y al mal tiempo, su marcha se viera ralentizada o incluso si no pudiera avanzar en absoluto.
Atención: sobre todo si circula cerca de regiones forestales, existe el riesgo de que algún animal salvaje aparezca en la calzada. Asimismo, en muchas zonas se sigue cosechando maíz, patata y remolacha hasta bien entrado noviembre, por lo que todavía se encontrará con vehículos agrícolas circulando por las vías interurbanas. La suciedad originada por las labores agrícolas también puede hacer que la carretera se convierta en una peligrosa pista de patinaje. Otros peligros pueden derivar de la conducción lenta o de las luces de los remolques que pueden quedar parcialmente tapadas. Sobre todo al adelantar es necesario proceder con la máxima precaución.
«Además, durante el crepúsculo o en la oscuridad cuente con posibles peatones y ciclistas vestidos con ropa oscura y sin ningún tipo de iluminación», apunta Stefanie Ritter. Por este motivo, los conductores de vehículos deben optar por una conducción defensiva, con los cinco sentidos puestos en la carretera más que nunca y prestando especial atención a los usuarios desprotegidos de la vía pública.