El número de heridos graves en las carreteras de la UE es cinco veces superior al número víctimas mortales
Las carreteras europeas siguen estando entre las más seguras del mundo: en 2016, en la UE murieron 50 personas en accidentes de tráfico por cada millón de habitantes, mientras que a escala mundial esta cifra fue de 174. En 2016 se registró un total de 25 500 muertes en accidentes de tráfico, es decir, 600 menos que en 2015 y 6000 menos que en 2010. Esto equivale a un descenso del número de víctimas mortales en accidentes de circulación del 19 % en los últimos seis años. Sin embargo, al margen de esta evolución positiva, no debemos olvidar que año tras año la cifra de heridos graves sigue siendo elevada.
A partir de 2015, los Estados miembros comenzaron a aportar datos sobre lesiones graves basándose en una nueva definición aprobada de común acuerdo según los estándares médicos. Para ello, la UE utiliza el código AIS (Abbreviated Injury Scale o Escala Abreviada de Lesiones), aplicable a nivel internacional, el cual está dividido en seis niveles que van de 0 (no gravedad) a 6 (no tratable). A partir del valor 3, se habla de lesiones graves. Según los datos facilitados por la UE, se presume que 135 000 personas sufrieron lesiones graves en accidentes de tráfico. Esto se traduciría en 5,2 heridos con lesiones graves por cada víctima mortal en la UE. En estos casos, suele tratarse de los usuarios más vulnerables de la carretera, como peatones, ciclistas y motoristas, y principalmente de personas mayores.
Ante esta perspectiva, la UE se ha fijado el objetivo de emprender, en paralelo con sus esfuerzos para alcanzar el objetivo de 2020 de reducción del número de víctimas mortales, otros trabajos orientados a reducir a la mitad el número de heridos graves en accidentes de tráfico en la UE de aquí a 2030. Ya hay una amplia gama de instrumentos, en particular la mejora de la labor de hacer de cumplir las normas de circulación en los Estados miembros, así como a través de las fronteras, la mejora de la educación y de la sensibilización de los usuarios de la red viaria, y la mejora de las infraestructuras y la seguridad de los vehículos, teniendo en cuenta la edad y la inspección técnica de vehículos. Según la UE, estos instrumentos deberían intensificarse.
Del mismo modo, los Estados miembros deben favorecer que se sigan desarrollando medidas para garantizar los cuidados con posterioridad a una colisión, la rehabilitación temprana y la reintegración social de las víctimas de accidentes de tráfico. Además, se insta a los Estados miembros a cumplir de forma consecuente las normas de seguridad vial y a prestar apoyo a los servicios policiales de vigilancia del tráfico. Esto se aplicaría, en particular, mediante la cooperación y el intercambio de buenas prácticas por lo que respecta a la velocidad, la conducción bajo la influencia del alcohol o de estupefacientes, el incumplimiento de las normas indicadas por los semáforos y las señales de tráfico, las distracciones durante la conducción derivadas, por ejemplo, de la utilización de dispositivos móviles, y la no utilización del cinturón de seguridad.