"¡No pasará nada!" puede ser arriesgado
Según las encuestas, aproximadamente la cuarta parte de los conductores cambian ellos mismos las ruedas para poner los neumáticos de invierno. "Para cambiar las ruedas uno mismo es imprescindible contar con las herramientas adecuadas, disponer de una ubicación apropiada y tener los conocimientos necesarios", comenta Christian Koch, perito de neumáticos de DEKRA. "Muchas veces no basta simplemente con cambiar las ruedas".
Antes del montaje, es esencial comprobar si los neumáticos presentan alguna anomalía. ¿Hay desgaste por un solo lado? ¿El perfil está agrietado? ¿Han sufrido daños los flancos o la zona del perfil durante el último invierno? ¿Hay abolladuras, grietas o cuerpos extraños introducidos?
Observe con atención para no pasar por alto ningún deterioro. Con el tiempo, podrían causar el fallo total del neumático o incluso provocar un accidente. La actitud 'no pasará nada' no está exenta de riesgos,
advierte Koch. Las anomalías de los neumáticos como, por ejemplo, un desgaste desigual, pueden ser también un indicio de que hay algún problema en el chasis. "Todos deberían preguntarse si son capaces de evaluar bien algo así. En caso de duda, para estar seguros es mejor pedir consejo a un taller especializado, incluso aunque resulte un poco más caro", opina el experto. Para saber si es posible reparar un neumático que tiene un clavo introducido, generalmente también es necesario que lo valore un experto.
Además, Koch advierte que no debe ahorrarse en equipamiento cuando el montaje lo realice uno mismo. Para cambiar ruedas es imprescindible utilizar un gato elevador que sea estable. Con caballetes de apoyo resistentes y calces se asegura el vehículo para evitar que se desplace. "Un vehículo inestable puede convertirse pronto en un peligro para la persona que cambia los neumáticos", explica Koch.
Al cambiar las ruedas no hay que olvidar limpiar las superficies de apoyo de la rueda en los cubos y eliminar la formación de óxido de los tornillos. También es importante apretar los tornillos de las ruedas con el par de apriete especificado por el fabricante del vehículo, y controlarlo después de 50 a 70 kilómetros. Dado que los neumáticos pierden presión de aire durante el tiempo de almacenamiento, en cualquier caso hay que ajustar la presión con los neumáticos fríos siguiendo las instrucciones de servicio.