Reducir el riesgo para los niños que se desplazan en bicicleta
Las cifras de Alemania y otros Estados miembros de la UE indicadas en el capítulo «Accidentes» de este informe lo muestran de forma muy clara: la frecuencia de los accidentes de tráfico infantiles es proporcionalmente mayor entre los niños que viajaban en bicicleta. Por ejemplo, en Alemania más del 30 % de los niños menores de 15 años víctimas de un accidente circulaban a bordo de una bicicleta. Dos medidas esenciales para reducir el riesgo de accidentes, especialmente en los centros urbanos, son el desarrollo seguro de las redes de carril bici y su cuidado. El desarrollo de las redes de carril bici ya se está llevando a cabo, pero estas no siempre ofrecen a los usuarios la seguridad deseada. Especialmente en las zonas urbanas, donde rara vez hay espacio entre los edificios para un carril bici independiente, los usuarios de bicicletas deben compartir a menudo la calzada con abundante tráfico. Suelen estar separados únicamente por una franja de señalización que, además, cuando se desgasta con los años, apenas se puede distinguir.
Cuando hay carriles bici independientes para los usuarios de bicicletas, los principales problemas son la mala diferenciación con respecto a la acera, la mala señalización de las salidas y la existencia de carriles bici que acaban de forma repentina. Además, los conductores de automóviles las usan a menudo como zonas de estacionamiento o parada. En el ámbito político, la creación de nuevos carriles bici se puede vender bien. No obstante, mientras lo importante sigan siendo los kilómetros creados y no la construcción de una infraestructura razonable de carriles bici que también ofrezca a los ciclistas un valor añadido en términos de seguridad, en la calzada se seguirán pintando líneas divisorias confusas para todos los usuarios de la vía pública. Precisamente para niños con escasa experiencia en el tráfico, esto podrá conducir incluso a situaciones peligrosas. A este respecto, es necesario un replanteamiento urgente. Además, no solo deberíamos limitarnos a crear carriles bici. Los gestores de la red viaria también necesitan recursos para que estos se puedan usar en todo momento y en todas las estaciones del año.
El funcionamiento correcto de la iluminación de la bicicleta es por lo menos tan importante como los carriles bici seguros, ya que permite ver bien mientras se circula y, al mismo tiempo, también permite ser vistos correctamente en todo momento. Incluso en los meses más luminosos del año, en particular los niños que circulan en bicicleta deben asegurarse en todo momento de que tienen buena visibilidad y son fácilmente visibles para otros usuarios de la vía pública. En lo relativo a la iluminación, el Código de Circulación alemán estipula en su artículo 17 que durante el crepúsculo, en la oscuridad o si las condiciones de visibilidad lo requieren, se deben usar los dispositivos de iluminación reglamentarios. Estos dispositivos de iluminación no deben estar ocultos ni sucios.
En la Ley de homologación del transporte por carretera alemana, el artículo 67 describe los dispositivos de iluminación estipulados para las bicicletas. De acuerdo con el artículo, las bicicletas deberán estar equipadas con un generador (dinamo) para accionar el faro y la luz trasera. De forma alternativa, también se pueden usar pilas o baterías recargables. Los dispositivos de iluminación estipulados se clasifican en activos y pasivos:
- Dispositivos de iluminación activos (faro y luz trasera): se fijan de forma conveniente en la parte delantera y trasera e, idealmente, reciben alimentación eléctrica a través una dinamo. Si a esto se añade una función de luz de posición para el faro y la luz trasera, se garantizará una iluminación activa segura en cualquier momento del día y de la noche. Desde el año 2017, no es obligatorio tener instalados o llevar consigo durante el día faros y luces traseras desmontables. Naturalmente, esto requiere una buena gestión del tiempo y ser totalmente consciente de los riesgos de circular durante el crepúsculo o durante la noche sin una iluminación activa. A ello se añade también el riesgo de recibir una multa. Por otra parte, ahora ya está permitido que los faros de luz de cruce dispongan de una función de luz de carretera y/o de circulación diurna; además, la luz trasera puede contar adicionalmente con una función de luz de freno.
- Dispositivos de iluminación pasivos (catadióptricos y dispositivos catadióptricos): en concreto, se trata de un catadióptrico blanco en la parte delantera y de un catadióptrico de la categoría Z («catadióptrico de gran superficie ») en la parte trasera, así como de catadióptricos amarillos en la parte delantera y trasera de los pedales. Para ser visibles hacia ambos lados, también se debe escoger entre franjas blancas retrorreflectantes en los neumáticos o las llantas, radios blancos retrorreflectantes o catadióptricos amarillos en los radios. Todos estos dispositivos deben estar íntegros, instalados y totalmente visibles en todo momento, también durante el día. Así, se pretende garantizar que los usuarios de bicicletas siempre puedan ser reconocidos a tiempo en la oscuridad, por lo menos, dentro del haz de luz de los faros de los vehículos a motor.
Los padres deberían prestar especial atención a las bicicletas de sus hijos. Con las bicicletas infantiles, debido a la ausencia general de un equipamiento de seguridad —no es necesario hasta los 8 años de edad—, no se puede circular por las vías públicas o los carriles bici. En las tiendas también se pueden encontrar bicicletas de carretera para los más jóvenes que, a diferencia de las anteriores, están dotadas de un equipamiento completo conforme con la Ley alemana de homologación del transporte por carretera. Esto incluye también un sistema de iluminación moderno e instalado de forma permanente, preferiblemente con dinamo de cubo y función de luz de posición. Además, se debe vigilar que las cestas o las bolsas no cubran los elementos de iluminación de la bicicleta. Asimismo, la bicicleta se debe inspeccionar con detenimiento de forma regular para comprobar su estado de seguridad. Si, por ejemplo, los frenos fallan, ni la mejor iluminación ni un carril bici perfecto tendrán utilidad alguna en caso de emergencia. Las normativas alemanas deberían entenderse como una recomendación para los países en los que no existen requisitos tan estrictos.