Siniestralidad en Alemania a causa de conductas erróneas
Se ha registrado un descenso importante en la influencia del alcohol y la velocidad inadecuada; sin embargo, una velocidad no-adaptada sigue siendo la principal causa individual de accidentes mortales.
De acuerdo con los datos oficiales, en 2015 se contabilizaron en las carreteras alemanas 253.504 malas conductas de 378.156 conductores de turismos implicados en accidentes con daños personales. En 1991 todavía eran 378.373 casos de mala conducta de 510.357 conductores de turismos implicados. Esto supone una reducción del 33 por ciento. La reducción más importante se ha contabilizado en la conducción bajo los efectos del alcohol (de un 75 por ciento, de 29.800 a 7.553 infracciones), seguido de la velocidad inadecuada (de un 63 por ciento, de 84.380 a 31.559 infracciones). Se registró un aumento en el mantenimiento inadecuado de distancia (de un 5 por ciento, de 37.975 a 39.982 malas conductas). En conclusión, las acciones en la lucha contra el alcohol al volante y los controles de velocidad han tenido un efecto positivo en la evolución de la seguridad vial. Mientras que antaño la velocidad inadecuada fue, con mucha diferencia, el principal error individual de los conductores de turismos en accidentes con daños personales, actualmente esta causa ocupa el cuarto puesto en la lista. Sin embargo, la velocidad inadecuada sigue siendo contabilizada como la principal causa individual en siniestros con víctimas mortales.
El éxito de las acciones en la lucha contra el alcohol como causa de siniestralidad no solo se refleja en los datos de accidentes con conductores de turismos como culpables principales, sino también en la reducción llamativa de todas las víctimas mortales de accidentes por causa del alcohol. Si en 1991 todavía se lamentaban 2.229 víctimas mortales en siniestros causados por alcohol, esta cifra se ha reducido en un 89 por ciento a 256 personas hasta el año 2015, disminuyendo en este mismo periodo también el porcentaje de fallecidos en accidentes causados por el alcohol respecto al número total de víctimas de 19,7 a 7,4 por ciento. Esta reducción significativa se deberá también, aparte de una mayor sensibilización sobre el uso del alcohol, al reconocimiento médico psicofísico (MPU). La legislación actual obliga a conductores que han sido multados reiteradamente por conducción bajo los efectos del alcohol o cuya tasa de alcoholemia superaba el 1,6 por mil, presentar después del periodo de retirada del permiso de circulación un informe médico que certifique la aptitud de participación en el transporte por carretera. Varios estudios corroboran el carácter preventivo respecto a la reincidencia de esta medida de restitución del permiso de circulación. Este efecto se ve reforzado por el hecho de que muchos afectados participan con anterioridad a dicho reconocimiento en acciones que cambian de forma permanente su consumo de alcohol.