Somnolencia diurna aumenta el riesgo de accidentes
Un grave peligro en el transporte por carretera es, desde siempre, la fatiga o la somnolencia, también definida como ‘fatigas relacionadas con el sueño’. Este riesgo no se puede resumir en datos ya que no existe ninguna prueba de aliento o de sangre que la policía podría efectuar en caso de sospecha, como se puede hacer en caso de sospecha de consumo de alcohol o drogas. De esta manera, la fatiga es subestimada como causa de siniestros en las estadísticas lo que hace suponer la existencia un alto número de casos no registrados.
Que la fatiga podría ser la causa de un accidente se revela en estudios donde se les preguntó de forma directa a los implicados en siniestros viales por las posibles causas. De 9.200 noruegos implicados en siniestros viales (Sagberg, 1999), un 3,9 por ciento indicó como causa del accidente el haberse dormido o haber sufrido somnolencia. Este factor era especialmente relevante en los accidentes nocturnos (18,6 por ciento), en siniestros con salidas de la carretera (8,3 por ciento), sinestros después de un trayecto de más de 150 kilómetros (8,1 por ciento) y en siniestros con daños personales (7,3 por ciento). Según un detallado análisis científico de siniestros de camiones en las autovías alemanas (Evers & Auerbach, 2003), la fatiga resultó ser la causa del 16 al 19 por ciento de los siniestros de camiones con víctimas mortales y heridos graves.
Aunque los datos estadísticos sobre la fatiga como causa de accidentes solo se podrán interpretar de forma limitada, un simple vistazo a los datos del Statische Bundesamt (2015) permite determinar la tendencia del aumento del cansancio como causa de siniestros en los últimos años.
Drástica limitación de rendimiento
La fatiga y la somnolencia influyen de manera sustancial en el rendimiento del conductor, ya que perjudican la atención, concentración y el tiempo de reacción y provocan errores de percepción, por ejemplo, respecto a la velocidad o la distancia. Un experimento demostró, que a los participantes de un ensayo en el que de noche debían reconocer en un test posibles riesgos en el tráfico, les resultó ser bastante más difícil percibir los estímulos críticos de escenarios viales potencialmente peligrosos (Höger, Marquardt & Walter, 2011). La capacidad de reconocer peligros viales en un estado de fatiga parece ser menor en los conductores principiantes que en los conductores experimentados (Smith, Horswill, Chambers & Wetton, 2009). En conclusión se puede decir, que una parte de los siniestros viales es causada por deficiencias en el reconocimiento de los peligros en la circulación debido a la fatiga.
El sueño o adormecimiento de un segundo es otro de los peligros en el manejo de vehículos por conductores fatigados. Esto puede ocurrir especialmente en trayectos largos y monótonos. Dependiendo de la velocidad, un vehículo puede recorrer varios metros de distancia en unos pocos segundos. En este tiempo no solo existe el riesgo de pérdida de control del vehículo por parte del conductor dormido, pudiéndose salir de la carretera; tampoco reconocerá ni percibirá a otros usuarios de la vía pública.
La fatiga puede tener varias causas. Aparte de falta de sueño a causa de factores externos, también se puede deber al trabajo por turnos, la toma de medicamentos o el abuso del alcohol y de las drogas. Las personas que trabajan por turnos suelen enfrentarse en mayor grado a fatiga y somnolencia diurna. Otra razón para la somnolencia diurna son problemas respiratorios relacionados con el sueño, como la apnea del sueño. Cuando a un implicado se diagnostica una forma de trastorno del sueño, es importante que su médico le advierte sobre una posible limitación de su rendimiento en la conducción de un automóvil. Lo mismo se aplica cuando el médico recete medicamentos cuya toma provoca un aumento de somnolencia.
¿Qué hacer cuando se siente fatiga al volante?
En primer lugar se debería evitar condiciones de fatiga cuando se esté llevando un vehículo. Antes de emprender el viaje es necesario procurar dormir y descansar adecuadamente – especialmente cuando se trata de viajes largos. Usted debe saber que conducciones prolongadas en trayectos monótonos (autovías) son los que más cansan. Por lo tanto debe planificar suficientes paradas. La actividad física en los descansos aumenta la cantidad de oxígeno en sangre y en el cerebro, ayudando de esta manera a evitar la fatiga. Cuando Usted se da cuenta que se le cierran los ojos y experimenta falta de concentración, ebe parar cuanto antes. En estos casos, un descanso breve puede ser de ayuda y con una pequeña siesta (‘power nap’) puede prevenir riesgos de accidentes por fatiga. Sobre todo los conductores que de manera regular o periódico deben ingerir medicamentos (por ejemplo los antihistamínicos presentes en medicamentos contra las alergias) deben consultar con su médico si estos productos producen cansancio. El consumo de alcohol y drogas también puede interferir en el rendimiento – incluso al día siguiente – y causar somnolencia.
P.D.: La presencia de un copiloto reduce el peligro de provocar un siniestro vial a causa de fatiga.